En peligro

Pues sí, tristemente nuestros queridos lémures son unos de los grupos animales en mayor peligro de extinción. De las especies explicadas en el apartado de familias, tienen peor situación los grandes lémures que los pequeños. En general sabemos que el 88% de las especies de lémur están en situación de amenaza o en peligro, el 68% están directamente en peligro y el 24% en peligro crítico de extinción. ¿Y cuáles son las causas para que se haya llegado a esta situación?

La acción de los depredadores

El fosa, la civeta y la boa de Madagascar, algunas aves malgaches como el aguilucho, el buitre, la mangosta, etc… tienen en su dieta a los lémures. A pesar de las estrategias que muchas especies han ido desarrollando en su evolución como el escondite, la advertencia por vocalizaciones o las maniobras de escape acrobáticas, acaban siendo presas de estos carnívoros.

Los propios lémures

Un lémur adulto puede llegar incluso a los 30 años de vida. Sin embargo, su reproducción está muy limitada a unos pocos momentos a lo largo del año, en algunas especies incluso a una cuestión de días. Los partos son de dos o tres crías como mucho, salvo las especies de gran tamaño, que solo tienen una. Muchos pequeños caen presas de los depredadores o son víctimas de los conflictos que se producen entre grupos de la misma especie cuando se invaden territorios. En las especies de gran tamaño a menudo se comparte la crianza de los pequeños incluso por hembras inexpertas. Todo esto lleva a que la tasa de supervivencia de una cría de lémur sea solo del 30%. Y si no hay jóvenes, en poco tiempo tampoco habrá adultos.

Cría solitaria de lémur
Cría de lémur de cola anillada (Foto: Chris Phutully)

El ambiente natural

Las particulares condiciones de clima que tiene la isla hace que buena parte de las especies de lémures vivan en entornos duros para la supervivencia. De hecho, en algunas zonas solo cuentan con unos pocos meses al año con cierta abundancia de comida. Y sin embargo, las temporadas de sequía y escasez de alimento pueden ser muy largas. Además, el cambio climático hace que escaseen los frutos e incluso la proliferación de hojas. Se conocen virus letales para los lémures, por lo que las enfermedades también pueden ser causa de su mortandad. Es sorprendente observar cómo las diferentes familias se han sabido adaptar, incluso coordinar entre ellas, ante este entorno hostil. Pero qué duda cabe que así se hace muy difícil la supervivencia.

Deforestación en Madagascar
La deforestación acaba con buena parte del hábitat de los lémures en Madagascar (Foto: Frank Vassen)

La acción del ser humano

Los habitantes de Madagascar, desde el tiempo de los primeros pobladores, cazan lémures. Lo hacen por comida, pero también por miedo y superstición. Los restos fósiles nos descubren muchas especies de lémures ya extinguidas y seguramente el ser humano tuvo mucho que ver en su desaparición. A pesar de que en la cultura malgache suele considerarse la caza del lémur fady, o sea tabú, la crítica situación económica de muchas familias y la pérdida progresiva de las tradiciones hace que valgan de poco las prohibiciones y los esfuerzos por proteger a las diferentes especies animales mediante leyes medioambientales. Además la caza del lémur es lucrativa pues se exporta su carne de forma furtiva como manjar exótico. Otros muchos ejemplares se capturan vivos para ser vendidos como mascotas dentro y fuera de la isla.

Tala masiva de árboles en Madagascar
La tala de árboles masiva en Madagascar debasta los bosques (Foto: Erik Patel)

Por otro lado, la necesidad de pastos y de zonas agrícolas han llevado a una progresiva pérdida del hábitat original de muchos lémures. Los bosques, el hogar de buena parte de ellos, son talados o arrasados con quemas controladas, para abrir paso a otro tipo de escenario natural que no permite el desarrollo de la vida normal del lémur. Los bosques también desaparecen por necesidad de carbón y madera, la cual también es exportada de forma ilegal al considerarse en algunos países como noble. La minería descubierta también acaba con este hábitat.


Es por todo esto que desde hace muchos años se invierte en la preservación natural de Madagascar, incluso con fondos procedentes de otros países. Gracias a todo este esfuerzo económico se pueden encontrar reservas y centros de conservación para muchas especies de flora y fauna, incluidos, por supuesto, los lémures.

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